martes, octubre 19, 2010

¡Enhorabuena, Raquel!


Se ha casado una de mis primeras y más queridas alumnas. ¡Cómo pasa el tiempo! Parece ayer cuando, con la excusa de hacer tutoría, nos sentábamos bajo la ventana empañada, pegaditos al calefactor, y  nos contábamos nuestras cosas, mientras comíamos magdalenas del convento de Llerena. 
Con el paso de los años, sólo me queda una seguridad: se es maestra para siempre.
Raquel me ha enseñado muchas cosas, pero para mí siempre será una niña. Por más años que pasen, yo siempre me sentiré con la responsabilidad de protegerla.
Siempre estaré aquí para mis "niños".